Lecturas

Nada (Carmen Laforet)

La novela: la forma y el estilo

3. El estilo de la novela


Desde su publicación, la crítica elogió el estilo natural, sencillo y sobrio de Carmen Laforet, y se sorprendió de su gran calidad a pesar de la juventud de la autora. Entre sus cualidades, destaca su estilo bifocal, por un lado impresionista en la presentación de la ciudad, sus edificios, sus barrios; y, por otro, expresionista en la descripción de personajes y en la deformación de sus rasgos. Todo ello para componer una atmósfera con elementos asfixiantes que amplifica las miserias morales de la familia y elimina toda esperanza de futuro compartido.

Este primer contraste de estilos no es el único. La autora gusta de contraponer imágenes oscuras, claustrofóbicas, pesimistas, violentas –incluido un suicidio-, junto a otras llenas de agua -símbolo de limpieza-, luz, optimismo, amistad o que incluyen un viaje final prometedor.

Los rasgos estilísticos más relevantes se pueden resumir en:

  • Inclusión de descripciones duras de la realidad pero no minuciosas.
  • Percepción de los hechos desde un punto de vista sensible e íntimo.
  • Alternancia del registro culto con párrafos de registro coloquial.
  • Presencia de diálogos intercalados en la narración y, en menor medida, empleo del estilo indirecto.
  • Uso frecuente de recursos literarios: metáforas, comparaciones, personificaciones, sinestesias, ironías...
  • Utilización de la analepsis o retroceso en el tiempo.
  • Adecuación del lenguaje a cada tipo de personaje.
  • Inserción de palabras catalanas (drapaire, pobreta, nen, noi...)

En definitiva, la mayoría de estudiosos coinciden en afirmar que es una novela bien caracterizada en la expresión, en la definición de los personajes, en la descripción del ambiente y en el arte de la escritura.


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